No hablo con sueños.
No beso deseos
ni espero al invierno en mantas con frío.
No entiendo de estrellas,
no sé de abstinencia
ni de esfuerzos sin un premio:
me parecen tan incomprensibles
como el amor sin sexo.
No hablo de ausencias.
No lloro recuerdos
ni hago poemas si no quiero.
Y ahora quiero.
Quiero recordar
sin pelos en la lengua,
sin miedo ni tapujos ni vergüenza:
sólo recordar.
Recordar todas y cada una
de las cosas que no hago,
para que al hacerlo,
sepa que no soy yo el que lo hace,
al menos queriendo.
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