en el mismo bar,
copa tras copa
y beso tras beso
construimos el camino
que no debemos andar.
Aunque cada noche lo andemos...
Cada mañana
prometo en tu portal
que no volveré si las ganas de volver vuelven
sin traer las ganas de no marchar.
Cada mañana lo prometo...
Cada madrugada,
con calma y alevosía,
con lujuria y sexo duro
como nos lo pide el recuerdo,
me enseñas tu casa;
llegamos a tu cama ya sin ropa
ni fuerzas para mentiras,
por eso ahorramos abrazos y besos:
Cada madrugada...
...a pesar de que no debemos.